Todos sabemos que comer es un acto voluntario que realizamos a diario y en muchos casos sin darnos cuenta de “cuanto”, y de “que” comemos. A veces por mucho…. otras, por poco… A veces con buena calidad nutritiva, otras con poca…o nada….
No nos olvidemos que la función de alimentarnos es que lleguen a nuestro organismo los nutrientes necesarios. Y en muchos de ellos, su ausencia o disminución producen al cabo de cierto tiempo enfermedad por carencia. Puede ser por no alimentarnos con la cantidad suficiente o, en muchos casos hay una sobrealimentación con exceso de comida chatarra, y carencia de nutrientes.
¿La clave? Comer todos los grupos de alimentos todos los días; la cantidad de cada uno va a depender de las características de cada persona.
– El grupo que contiene a todos los granos, legumbres, preparaciones con harinas: son fuente principal de hidratos de carbono y fibra.
– Todos los vegetales y frutas comestibles: nos aportan principalmente vitaminas, minerales y fibra.
– Leche, yogurt y quesos: nos ofrecen proteínas completas y son fuente principal de calcio.
– Carnes y huevos: nos dan las mejores proteínas y son fuente principal de hierro.
– Aceites y grasas: fuente principal de energía y vitamina E.
Y por supuesto… que todos los alimentos estén distribuidos equilibradamente a lo largo del día.