Músico de estirpe, creador intuitivo de canciones que pueden calificarse como verdaderas obras de arte y que forman parte de la historia trascendental de nuestra música. Dueño de una voz y un estilo inconfundibles. Integró a lo largo de su extensa carrera numerosos grupos y lo hizo tocando guitarra, teclados, bajo y batería, aunque siempre se acentúe su notable sentimiento para tocar la viola.
Hoy, este intérprete solista, pero otrora integrante de Sui Generis, Pappo’s Blues, Polifemo, Color Humano, La Pesada, Pescado Rabioso y Serú Girán, entre otras bandas, nos permite compartir una charla, en la que disfrutamos de la cordialidad, el humor y la simpleza que sólo pertenece a los grandes espíritus.
En esta nota Claroscuro se da el gustazo de charlar con la historia viva del Rock nacional:David Lebón.
Te escuché decir que a los 17 años, de regreso de los Estados Unidos y a punto de volverte para el país del norte, finalmente decidiste quedarte acá luego de escuchar a Almendra y Manal. ¿Cómo fue?
Vos imaginate: mi madre me llevó a USA a los 8 años. Todo estaba por cambiar, los Beatles estaban por inventar una nueva juventud, es más, ¡un mundo nuevo!
Viví la mejor época que existió, el FLOWER POWER. De repente a mis 17 años mi madre decide volver a Argentina de visita.
Cuando llegué al país me acordé del olor, la costanera, la calesita y sobre todo ¡ese fantástico desorden sin horario! ¡Má, yo me quedo! Conocí a Rinaldo Rafanelli; (Rino) él era el único tipo que podía hacer las voces bajas que hacía Lennon. ¡Wow! Pero no había buenos instrumentos, la música era desagradable y te gritaban ¡CORTATE EL PELO “PUTO”! Pero un día domingo a las diez de la mañana Rino me llevó al teatro Coliseo y ahí sucedió… ¡Almendra y Manal! ¡Me morí! Almendra arranca con el tema de Pototo, ¡una belleza!, pero cuando arrancó Manal con Avellaneda Blues…, ahí sentí que yo pertenecía a la música de mi hermoso país.
Pasaste por las mejores bandas en una época fantástica, donde se inventó nuestro rock. ¿Vos crees que se está creando algo de magnitud desde las bandas de rock que han surgido en estos últimos años?
Todos cuando somos jóvenes empezamos a descubrir, a cambiar, a estar en desacuerdo ¡y así va a ser hasta que no exista más el planeta tierra!
Claro que a los más viejos no les gusta tanto lo nuevo, porque nos hace sentir viejos, (risas) Y cuando uno escucha alguna canción de su juventud, dice “¡esto sí era música!” Yo respeto a todos mis colegas, como ellos me respetan a mí.
Estás tocando con una banda integrada por jóvenes talentos
¿Cómo ves a los pibes de hoy?
Idénticos a los de antes, pero con pantalones largos (risas)
Tu último trabajo Dejà vu con su onda blusera, ¿nos revela una tentativa de volver a las raíces?
No soy un árbol (risas)
¿Considerás que el ser humano se está volcando más a la espiritualidad, está más concentrado en vivir aquí y ahora?
Más vale que lo haga. El tiempo es veloz…
En tu último show, en el Teatro Auditórium de Mar del Plata te escuché decir “tengo 59 años y todavía respiro”. ¿En algún momento pensaste que no ibas a llegar a esta edad?
Mirá…Todos tenemos miedo de morir, hasta los que piensan que van al cielo.
Es sabido por comentarios tuyos tu paso por las drogas y el alcohol. Es más, afirmaste que “la cocaína no es una droga para artistas”. ¿La vida que llevan los músicos de rock es tan agitada como se les atribuye?
Se drogan porque no soportan convivir con los Vampiros nuevos, que evolucionaron y en vez de sangre, chupan las almas porque creen que así van a ser inteligentes, bellos y salir con muchas mujeres… Se dice que tus años en Mendoza tuvieron que ver con un cambio de vida y una recuperación.
¿Que recuperación? Los que se tienen que recuperar son los mentirosos, los que juzgan como si fueran iluminados, los cagones que en vez de descubrir, matan lo que no entienden…
¿En qué se modificó tu vida desde que sos abuelo?
¡Las Navidades son más caras! (risas)
En este último tiempo, con Pedro Aznar han tocado juntos. Pero aparte del placer que provoca escucharlos, se nota entre ustedes una paridad mental y espiritual que trasciende lo musical. ¿Estoy en lo cierto?
Sí, a pesar que de que somos distintos, nos amamos, y por ser distintos descubrimos todo el tiempo cosas nuevas y eso lo entendimos bien. Millones de años para que vos existas y querés ser como otro. ¡Dios que confusión!
¿Por qué elegiste en tu último álbum regrabar un éxito como Viernes 3 AM?
Yo no lo hago porque crea que el suicida sea un éxito, lo hice por dos razones:
Una, en esa canción yo no grabé y no participaba en los recitales en vivo, necesitaba hacerlo. Segundo, porque me encantó la forma que Charly visualizó y le dió belleza a lo que se toma como algo terrorífico.
¿Considerás que en Argentina se les da el respeto que se merecen aquellos artistas que fueron pioneros en sus distintas disciplinas?
Mira… Yo en mi experiencia nos veo como verdaderos guerreros, a pesar de que es lindo tener mucha plata y poder, a mi me gusta más lo que hicimos acá. ¡Sin nada, hicimos lo más importante! Le dimos y le seguimos dando todo nuestro amor y respeto al lugar donde nos quisieron hacer desaparecer. ¡Me gustaría verlo a Elton John acá en el 76!
Estuviste en Color Humano, Pappos Blues, la Pesada de Billy Bond, Sui Géneris, Pescado Rabioso, Polifemo, Serú Giran… ¿Cuál fue el mejor grupo de todos y por qué?
¡Todos! Los amé a todos y los sigo amando. Pescado fue muy especial…
¿Qué aconsejás? ¿Artistas independientes o compañías discográficas?
Por experiencia, tengo prohibido dar consejos (risas)
Luego de vivir más de una década en Mendoza, ahora volviste a Buenos Aires y a reencontrarte con el público porteño. ¿Qué motivó esa decisión?
Si escuchaste San Francisco y el lobo, es una historia donde los habitantes de un pequeño pueblo le piden a San Francisco, que convenza a un lobo para que deje de matar para comer. Francisco lo convence y le dice que la gente lo trataría con amor y respeto… Los primeros días eran hermosos para el lobo porque lo trataban bien, hasta que empezaron a tratarlo como a un perro sarnoso. ¡Mentirosos! Y el lobo volvió a ser feroz y sus garras fueron mortales…
A mi me pasó algo similar. Cuando llegué a Mendoza era un héroe, me trataban como a un santo que había dejado a los “porteños culiados”. ¡Era un MENDUCO! Asados, ponchos, fiestas, halagos y un trato como “el representante musical más importante de Mendoza”.
Al año, cortes de luz, de agua. Hasta me ofrecían tocar en………… ¡Me da vergüenza decírtelo!… ¡Fueron 12 años!…
En Mendoza lo único que quise hacer fue grabar y tratar de que se entendiera que Buenos Aires no era el único lugar donde estaban los teatros o estudios, donde tocar o grabar te podían transformar en un artista reconocido. Pero allá me di cuenta que yo era porteño y nunca fui más respetado, amado y cuidado, que en mi Buenos Aires. Me sentí como el lobo y volví a mi lugar.
¿Tenés pensado visitar la costa atlántica en breve?
Siempre. Es probable que hagamos una mini gira de 2 o 3 presentaciones el fin de semana largo del 12 Octubre (que será del 7 al 10) y luego si, en el verano estaré junto con mi banda, muy presente en toda la costa.
La última: Ya me dijiste que no das consejos, pero tirale uno a los chicos que hoy se vuelcan a la movida del rock
Que los pibes no se droguen. Las drogas eran buenas hace mucho, ahora son todas venenosas ¡y te las dan para que te mueras!
