EL INDISCUTIDO OPTIMISTA DEL GOL.
Los números fríos, dicen que Martín Palermo nació un 7 de Noviembre de 1973 en La Plata, y que tras crecer como futbolista en Estudiantes y su paso por España, logró completar en Boca su página más gloriosa, siendo el máximo goleador en la historia del club más popular de la Argentina. Sus datos y números son abrumadores.
Fácil y rápido así dicho, pero difícil y extenso si nos detenemos en su vida.
Goleador letal, el Titán es tan grande como Boca. Juntos lograron seis títulos a nivel nacional y ocho a nivel internacional. Con menor brillo tuvo su merecida participación en la Selección Argentina , en la Copa América de 1999, en las Eliminatorias Sudamericanas y el Mundial de Sudáfrica 2010, marcando su primer gol en una Copa del Mundo el 22 de junio, frente a Grecia.
Diego Maradona como Técnico de esa Selección, le dio la chance de quedar en otro registro, porque con ese grito bajo la lluvia, Palermo se convirtió en el mundialista argentino más longevo en marcar un gol, a los 36 años.
Aunque famosa su carrera, es de insoslayable referencia enumerar sus logros para reavivar aún más, por si hiciera falta, cuán enorme fue su trayectoria. Lo que los números ni estas líneas podrán jamás reflejar es lo sinuoso de su extraordinario andar por la vida.
No nació dotado futbolísticamente, se fue construyendo a si mismo. No claudicó jamás, ni lo abrumaron los obstáculos .Será por esa cualidad de siempre aspirar a más, de intentar a pesar de todo, de no temerle al ridículo en pos de un objetivo, de no caerse aunque el estorbo lo quiera aplastar.
Será por eso que consultado sobre porque él cree que llegó tan arriba Palermo, él nos señala:
“Siempre quería algo más. Si hacía un gol, quería otro. Si le hacia un gol a River, quería hacerle otro. Siempre busqué ir más allá. Mi idea fue ser mas o mejor que antes, siempre”.
El DT que más lo marcó fue Carlos Bianchi, quien lo definió como un optimista del gol. Juntos quedaran grabados en los años más gloriosos de uno de los clubes más ganadores en la historia del futbol del mundo entero.
Nuevos records, goles increíbles, un estadio que literalmente tiembla cuando rompés la red, una idolatría de la que pocos gozan, y el amor de millones de personas. Vaya motivos para pensar en que podrías rever tu decisión de abandonar el futbol.
“Nada, nada me cambia mi idea. Maduré la decisión, y la idea de retirarme al finalizar del Clausura 2011 es un hecho. Hace años que lo trabajo internamente con mi psicóloga y ya es el momento”.
Cada deportista madura la idea de dejar su actividad de manera diferente. Hay quienes siguen ligados al fútbol ni bien dejan la práctica, desde distintos lugares. Hay quienes se alejan para renovar aire y hay quienes se dejan caer por falta de ese aire con forma redonda. Palermo, ¿Cómo imaginas el día después?
“Pienso tomarme un tiempo para disfrutar, viajar, descansar, abocarme a la familia, darle más horas a los amigos y ver fútbol. Más adelante quiero ser Director Técnico”.
(Alguien me contó que un probable trabajo conjunto con Rolando Schiavi, puede madurar como dupla técnica…veremos)
Más allá de la idea, próximamente concretada, de hacer una película con su vida, de editar biografías y armar documentales sobre su historia, Martín efectivamente fue autor de su film, fantásticamente guionado por un cerebro ¨loco¨ e inspirado en el día a día, con cuestiones que exceden la planificación.
Recordanos unos de esos tantos momentos que quedaron grabados en la retina y en el corazón de los xeneises.
“En 1999, me rompí los ligamentos de la rodilla y volví en el 2000 en un partido por la Copa Libertadores ante River. Ese día regresé en semejante partido, luego de tanta espera y lo más grandioso es que hice un gol, deje a River fuera de la Copa y Boca siguió camino a la gloria”.
Debo contar aquí para algún hincha desmemoriado que ese Boca del Virrey, sacó de la Libertadores al River de Gallego luego de una serie apretada donde el Loco volvía, estaba en el banco y al entrar marcó el gol del éxito. Con ello siguió y Boca terminó ganando la Copa Libertadores, luego de 22 años, al derrotar en la final a Palmeiras en la definición por penales en Sao Paulo, y obviamente Martín convirtió uno de los necesarios penales.
Su espíritu, su mente, su alma y su convicción lo elevaron. En su corazón, hay que hallar la fortaleza que siempre mostró ante la adversidad, que fue dolorosamente inigualable cuando en 2006 falleció su hijito, pero igualmente ese día le pidió al Técnico concentrar. Basile lo puso en cancha ante Banfield y como no podía ser de otra manera ese día marcó 2 goles. Miró al cielo, lloró, se besó el brazo y se juró ir por más.
¿Por qué no planeaste un final de carrera en Estudiantes?
“Porque no se dieron las condiciones para volver al Pincha. Boca siempre me ofreció renovar contrato lo mejor posible, y seguir desafiándome en semejante club fue una decisión que sentí y que estuvo bien tomar, más allá de mis sentimientos por el club donde crecí”.
En el gran ensamble de situaciones, el goleador supo caminar y compartir momentos con la pesada de la barra brava, se disfrazó de mujer para una producción fotográfica, no se privó de errar tres penales en un mismo partido jugando para la Argentina en la Copa América y escuchaba a Joaquín Sabina que lo mencionaba en su Dieguitos y Mafaldas.
La noche fría del domingo 12 de junio fue testigo de su última acción en la Bombonera.
¿Cuáles son las imágenes que te llevas? ¿Cuál es el sentimiento?
“Fue demasiado cariño, demasiado afecto y no tengo palabras de agradecimiento por lo que fue el día de mi despedida. Me llevo el recuerdo de la gente chica y grande que los vi llorar por mi adiós. Me sorprende ver a tanta gente conmovida. No tengo palabras que expresen lo que me hicieron sentir. A todos les digo gracias”.
Palermo es líder, referente, optimista del gol y de la vida. Martín es timidez y excentricidad al mismo tiempo. ¿Rara combinación no? Pero también ese rasgo lo distingue.
El Loco, debutó en la red en 1992 frente a Independiente. Se retiró en La Bombonera, el 12 de junio de 2011, ante Banfield. Dejó el futbol luego de haber marcado 306 goles, de los cuales 236 los hizo en el Club que adora y que de manera emblemática tuvo la feliz idea de regalarle en su acto final, el Arco de La Bombonera, Nada más lógico. Tampoco este obsequio registra precedente.
El hombre que siempre estuvo donde tenía que estar, dijo adiós. La pelota lo extrañará. El fútbol le agradece. La gente lo adora.