¡TODA UNA TAREA!
Por Aldo Chiarella*
He tratado de sintetizar una conferencia dada por Fernando Savater en 1998. Algunos de los ejemplos, basados en sus opiniones los he agregado para su mayor comprensión.
En principio nos dice que a pesar de desembocar en la filosofía, son necesarias algunas consideraciones previas.
La educación es principalmente el desarrollo del razonamiento, educar es formar seres humanos y los seres humanos somos fundamentalmente seres racionales. Claro está que el razonamiento no es una disposición meramente automática, sino un logro social. Partiendo de esa base se desarrolla la educación, lo que nos separa de la animalidad.
La razón está en buena medida en la confrontación con los demás; está fundada en el uso de los lenguajes y éstos son los que nos obligan a interiorizar nuestro papel social.
Para poder interactuar, estudiar, trabajar y hasta relacionarnos en general debemos razonar.
El elemento racional se encuentra hasta en nuestros comportamientos más simples.
Algunos suponen que estar bien informado lo convierte en racional; cuando en realidad hay que enfocar el problema al revés: para quien debe utilizar una información cualquiera es necesario que posea una razón bien desarrollada. El conocimiento en realidad es una reflexión sobre la información; es capacidad de discernimiento; es poder realizar un juicio crítico; y es capacidad para: jerarquizar, ordenar, maximizar, minimizar. etc.
Sintetizando: todo es información, pero ¿qué hacemos con ella si no somos capaces de hacer todo aquello que está expresado en el párrafo anterior?
La educación (y ya nos estamos introduciendo en un tema sensible) no debe conformarse a ser una simple oferta de contenidos. Lo que hace falta es señalar pautas de comportamiento que permitan utilizar, y yo agregaría, rentabilizar al máximo la información que se posee.
Ahí los docentes deben apuntar a desarrollar el razonamiento en la educación en general y en cualquier asignatura.
Partiendo de la base que hay asignaturas prominentemente científicas y otras humanísticas; hay que considerar que aparte de los enfoques propios de cada materia el razonamiento debe estar en todas. Porque todas las asignaturas tendrían que estar orientadas a la potenciación en su campo de la capacidad de razonar, para poder continuar por uno mismo el aprendizaje y esto se enfrenta a la pura disposición de adquirir información.
Por supuesto autonomía no quiere decir; solipsismo, ni aislamiento, ni insolidaridad; en realidad sirve para auto controlarse, auto dirigirse, optar entre opciones diferentes, proteger lo importante, para poder separar lo superfluo de lo imprescindible.
Aquí aparece un tema muy duro para los padres y docentes.
Debemos educar a nuestro hijos y alumnos para que sean capaces de prescindir de nosotros llegado el momento. Esto duele mucho más a los padres, es casi una actitud suicida: “los educo para que ellos ya no me necesiten”. Es más, para que me superen; esa es la verdadera vocación de enseñar.
El maestro que se convierte en imprescindible para toda la vida no está actuando como docente sino como dueño de la materia. No permite que sus alumnos se independicen de él. Eso está mal.
Aquí debo aclarar que hay docentes que se han ganado la veneración de sus alumnos. Ese maestro que a lo mejor tuvimos la fortuna de disfrutar nunca se convirtió en imprescindible, nos guió para que razonemos y como dije anteriormente, nos impulsó a desarrollar nuestra curiosidad investigativa.
La razón es idéntica en todos los campos. Pero es necesario establecer los campos de verdad que existen.
Por supuesto la razón tiene que ver con la verdad: por ejemplo si afirmo que el triángulo es una figura plana bidireccional (por ser un ente ideal) eso es verdad en el campo de la geometría del aula; pero si imagino un triángulo que tenga uno de sus vértices en buenos aires, el otro en china y el tercero en uno de los polos; resultará que en el espacio sigue siendo plana; pero apoyado sobre la tierra ya no lo es. Sencillamente porque la tierra no es plana.
La idea de la post modernidad de que nada es verdad desconcierta. Evidentemente desde la verdad absoluta, al hecho de afirmar que nada es verdad hay un abismo.
Es decir la razón busca verdades, con más carga de realidad que otras propuestas.
Como ya se dijo: es importante establecer los distintos campos de verdad. No es lo mismo una verdad en matemática que en la historia. Hay campos diferentes que es importante establecer.
Por ejemplo: hay verdades racionales que aparentemente son un mismo tema; pero no es así; son diferentes; el sol para la geografía astronómica es centro del sistema solar (los problemas que tuvo Galileo por afirmar lo que hoy no se discute siquiera). Pero en otro registro (para algunos pueblos) es un dios. El problema se presentaría, si afirmáramos que es el centro del sistema solar y además un dios. Mezclamos los campos y en lugar de dos verdades conseguimos: un disparate.
Vivimos en una época en la que se escucha frecuentemente que todas las opiniones son respetables ¡Cómo van ser respetables todas las opiniones! La cosa es así: todas las personas merecen nuestro respeto; pero no todas sus opiniones… si escucho que alguien opina que 7 por 8 es igual a: 123 y trato de explicarle y así y todo esa persona no acepta que el resultado es 56; nos encontramos frente a un dogma; no frente a una opinión. Es decir: frente a otro disparate.
No toda la praxis del razonamiento es meramente instrumental. Es decir hay una razón instrumental y una razón comprensiva de la subjetividad. Ahí entra en papel la filosofía.
Lo primero que hay que establecer es qué se va a enseñar en filosofía. Cuando queremos saber algo de la materia física debemos acudir a la ciencia; y ahí ya no tenemos que platearnos más preguntas sobre el tema. Pero hay preguntas a la cuales es difícil darles un cierre, no se pueden cancelar: ¿qué es la belleza?…o la libertad…o la verdad…o la ética.
La filosofía no cierra ninguna pregunta, pues la historia de la filosofía es la historia de las preguntas; lo interesante es que la filosofía nos permite vivir con esas preguntas.
La historia de la filosofía nos permite convivir con ellas, nos hace razonar, en cambio la ciencia supera preguntas por medio de respuestas para pasar a otras; también nos hace razonar.
La educación debe potenciar la razón y por lo tanto debemos rebelarnos contra la sinrazón, por que una de las dimensiones de la razón es la lucha contra los disparates.
Las personas racionales no lo son sólo porque se comportan racionalmente; sino porque luchan para vivir en una sociedad razonable para que no predominen ni los dogmas, ni las supersticiones, ni los fanatismos. De modo que la razón es convivencia, pero también rebelión.
Potenciar la razón es una misión inalienable de la educación: en la escuela y en el hogar.
- Director General del Colegio Modelo Santa Teresita
- Maestro Normal Nacional y Profesor de matemática.
- Fue director de los colegios San Marcos y Pablo Pizzurno.
- Ex docente de primaria y de matemática del colegio St. Johns de San Isidro. Autor de varios trabajos y artículos sobre educación.